El turismo en Costa Rica se basa en tres pilares estratégicos: innovación, sostenibilidad e inclusión. En materia de innovación, el país desarrolla destinos que integran tecnologías para mejorar la experiencia turística, gestionar responsablemente los recursos naturales y ofrecer capacitación a las empresas locales, fortaleciendo las empresas y preservando la cultura y la gastronomía de cada región.
En materia de sostenibilidad, Costa Rica protege el 25,5% de su territorio con 152 Áreas Silvestres, que incluyen parques nacionales, reservas biológicas y humedales, y garantiza la protección del 30,3% de su área marina. Asimismo, garantiza el respeto por la autenticidad, preservando la identidad cultural de cada lugar y promoviendo el respeto por el estilo de vida, la historia y los recursos naturales y arquitectónicos de cualquier actividad turística. Programas como la Bandera Azul Ecológica (BAE) y el Certificado de Sostenibilidad Turística (CST) promueven un enfoque integral que combina aspectos ambientales, culturales y económicos, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Esto garantiza que las actividades turísticas sean rentables y viables a largo plazo, generando vínculos productivos en diferentes regiones del país.
La inclusión se refleja en la amplia gama de atractivos y negocios turísticos: el 80% son pymes y mipymes que operan en 33 Centros de Desarrollo Turístico, lo que facilita un turismo descentralizado y accesible. Programas como "Turismo para Todos" y la Red Costarricense de Turismo Accesible garantizan que los visitantes con discapacidad física, cognitiva o sensorial puedan disfrutar de la oferta turística, complementados con iniciativas como DONATAPA, que vincula la responsabilidad social y ambiental. Además, la inclusión busca asegurar que los ingresos generados por los turistas se distribuyan en todo el país, fomentando la participación responsable de la comunidad y de las mujeres para hacer más atractivas las localidades y generar ingresos para sus familias.
Al integrar estos pilares, Costa Rica no solo mejora la experiencia turística, sino que fortalece la competitividad del sector, promueve el desarrollo económico local y consolida un modelo sostenible e inclusivo que sirve como referente internacional para los profesionales del turismo.