Una inmersión en la agricultura y la apicultura de la comunidad tailandesa
Ban Nai Nang es una pequeña aldea costera en el sur de Tailandia, ubicada en la provincia de Krabi, cerca de la Bahía de Phang Nga, rodeada de manglares y acantilados de piedra caliza. Es una zona tranquila, de impresionante belleza natural, ideal para quienes buscan contacto con la naturaleza, ecoturismo y experiencias auténticas en comunidades locales.
La experiencia turística va mucho más allá de la gastronomía: huertos bien cuidados, crianza de pollos, plantaciones de maracuyá y la apicultura local convierten la visita en una verdadera inmersión en la vida rural tailandesa. Durante el Global Meaningful Travel Summit 2025, realizado entre el 7 y el 13 de septiembre en Bangkok y Krabi, la comunidad mostró cómo el turismo sostenible puede generar ingresos y preservar las tradiciones locales.
Agricultura colorida y sostenible
En la propiedad comunitaria, los visitantes pueden aprender de cerca sobre los procesos agrícolas y experimentar el cuidado de plantas y hortalizas. La encantadora vista de las flores de maracuyá y la exuberante vegetación crean un espacio ideal para quienes buscan el contacto con la naturaleza. Según Suthee Pankwan, líder comunitaria y presidenta del grupo apícola, «los turistas no solo observan, sino que también participan en las actividades, aprendiendo a cultivar y cuidar la tierra, lo que fortalece la conexión con la comunidad».
Apicultura: el oro líquido de Ban Nai Nang
El turismo comunitario también incluye la miel. La propiedad está gestionada por apicultoras locales, quienes crían diferentes especies de abejas y producen miel con sabores únicos. Pankwan explica que hay alrededor de 15 especies diferentes de abejas, cada una separada para evitar conflictos y asegurar el desarrollo de cada colonia.
"Tenemos diferentes tipos de miel, cada una con un sabor distintivo, desde dulce hasta ácida, según las flores de las que se recolecta", explica Pankwan. La comunidad también libera abejas en el manglar, lo que refuerza el equilibrio ecológico y contribuye a la polinización de los cultivos locales.
Experiencia culinaria con Sakaowrat Wansuk
La inmersión en Ban Nai Nang también incluye gastronomía. Sakaowrat Wansuk (Bah), gestor comunitario y licenciado en Turismo por la Universidad Mae Fah Luang, enseña a los visitantes platos tradicionales tailandeses. Las opciones incluyen:
Ensalada de Papaya (Som Tam): Ensalada de papaya verde con tomates cherry, judías verdes, ajo, chile, jugo de limón, salsa de pescado y maní tostado.
Gloria de la mañana salteada (Pak Boong Fai Daeng): espinacas de agua salteadas con ajo, chile, salsa de soja y salsa de pescado, servidas calientes.
Bah destaca que la propuesta es mostrar cómo la cocina tailandesa combina sabor y salud, aprovechando ingredientes naturales y técnicas tradicionales.
Jeff Santos, de la Autoridad de Turismo de Tailandia (TAT) en Sudamérica, refuerza: "En Tailandia, se utiliza poco azúcar refinado y sal industrial. Los sustitutos naturales, como el azúcar de palma y la salsa de pescado, ayudan a mantener altos niveles de salud, lo que hace que la gastronomía local no solo sea deliciosa, sino también reconocida mundialmente por sus beneficios".
Turismo sostenible y oportunidades para la comunidad
El turismo en Ban Nai Nang no es solo una experiencia para los visitantes: genera empleos, aumenta los ingresos locales y fortalece la cultura del pueblo. Desde la agricultura hasta la apicultura y la gastronomía, cada actividad está diseñada para involucrar a los turistas y enriquecer la vida comunitaria.
Para Bah, la misión es clara: "Queremos que el turismo comunitario sea un puente entre visitantes y residentes, promoviendo la sostenibilidad, la preservación cultural y el desarrollo económico para todos".
Ban Nai Nang demuestra que el turismo puede ser una herramienta de transformación social y ambiental. Con sus colores, sabores y la miel producida por las mujeres de la comunidad, la aldea ofrece una experiencia única que inspira respeto, aprendizaje y una verdadera conexión con la naturaleza y su gente.
Reportaje y fotografía: Mary de Aquino.