Más del 60% del territorio malasio está cubierto por bosques tropicales que figuran entre los más antiguos del planeta. En Taman Negara Pahang, los visitantes pueden recorrer pasarelas entre las copas de los árboles y descubrir una fauna exuberante, mientras que en Sabah y Sarawak, en la isla de Borneo, reservas como el Rainforest Discovery Centre exhiben la riqueza natural de un ecosistema único.
En la costa norte, el parque marino Tun Mustapha en Sabah protege arrecifes, manglares y comunidades pesqueras, demostrando cómo la conservación y el turismo pueden coexistir de manera armónica.
El compromiso con la sostenibilidad también se refleja en su oferta hotelera. Resorts ecológicos en Langkawi implementan energías renovables y programas de reciclaje, mientras que lodges rurales promueven el contacto directo con la naturaleza y la cultura local.
El turismo comunitario permite a los viajeros convivir con pueblos originarios como los Orang Asli y las comunidades indígenas de Borneo, guardianes de saberes, gastronomía y artesanías que forman parte del patrimonio vivo del país.
La protección de especies emblemáticas, como el orangután o el elefante asiático, también ocupa un lugar central. Centros como el Kuala Gandah Elephant Conservation Centre impulsan la educación ambiental y la preservación de la fauna.
Desde el bosque urbano KL Forest Eco Park, en pleno Kuala Lumpur, hasta el valle arqueológico de Lenggong, Malasia ofrece experiencias transformadoras que unen naturaleza, cultura y sostenibilidad. Un destino que demuestra que viajar puede ser, al mismo tiempo, un acto de descubrimiento y de cuidado hacia el planeta.