La Secretaría de Turismo de México informó que, entre enero y septiembre de 2025, museos y zonas arqueológicas registraron un total de 15.9 millones de visitantes. La cifra refleja la recuperación del sector, el interés tanto nacional como internacional por el patrimonio histórico del país y el impulso que la administración federal ha dado al turismo cultural y comunitario como componente clave de desarrollo.
En este contexto, la secretaria de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora, destacó que las zonas arqueológicas recibieron 7.4 millones de visitantes durante el periodo, con una composición de 64 por ciento de turistas nacionales y 36 por ciento extranjeros. Este nivel de afluencia representó un incremento de 2.6 por ciento respecto al mismo periodo de 2024, consolidando la tendencia al alza en la visita a los sitios históricos del país.
En paralelo, los museos alcanzaron 8.5 millones de visitantes, con una participación mayoritariamente nacional que llegó al 89 por ciento. El crecimiento interanual fue de 16.9 por ciento, mientras que la comparación con 2019 mostró un alza de 2.6 por ciento, lo que confirma la solidez de estos espacios como parte esencial de la oferta turística mexicana. La secretaria subrayó que este aumento dinamiza economías locales y fortalece actividades vinculadas al turismo comunitario, como la labor de guías, artesanas, artesanos, cocineras tradicionales y cooperativas.
Los museos con mayor afluencia entre enero y septiembre de 2025 fueron el Museo Nacional de Antropología, que concentró el 43 por ciento del total; el Museo Nacional de Historia, con 24 por ciento, y el Museo del Templo Mayor, con 4 por ciento. En cuanto a las zonas arqueológicas, Chichén Itzá encabezó la lista con 1.7 millones de visitantes, seguida por Teotihuacán —incluido su Museo de Sitio— con 1.2 millones, y Tulum, que registró 809 mil personas.
La Secretaría de Turismo reiteró la continuidad de acciones coordinadas con las comunidades, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los gobiernos locales y el sector turístico para garantizar la conservación del patrimonio, optimizar la gestión de visitantes y fortalecer iniciativas comunitarias. Estas tareas buscan asegurar que el crecimiento del turismo cultural se traduzca en beneficios directos para las familias y los territorios donde se desarrolla.