La industria turística se encamina hacia un cambio estructural en la forma de gestionar y desarrollar los destinos. De cara a 2026, la prioridad ya no estará puesta únicamente en atraer visitantes, sino en diseñar ecosistemas turísticos capaces de ofrecer experiencias significativas, personalizadas y sostenibles, apoyadas en el uso estratégico de datos e inteligencia artificial. Así lo plantea el informe Megatrends 2026, elaborado por The Data Appeal Company y Mabrian, ambas compañías del grupo Almawave.
Presentado en Florencia, Italia, el estudio analiza comportamientos, motivaciones y patrones de gasto en múltiples mercados y señala que la gestión de destinos centrada en la experiencia del viajero, junto con la incorporación de IA agéntica, se perfila como una de las principales tendencias para el próximo año. Este enfoque sitúa a las preferencias del visitante en el centro de la planificación, pero desde una perspectiva estratégica orientada a la eficiencia, la sostenibilidad y la resiliencia del destino.
El informe identifica siete grandes megatendencias que marcarán el rumbo de la industria turística en 2026, lideradas por la consolidación del turismo experiencial. A partir del análisis de destinos, alojamientos, plataformas de reserva y comportamiento digital, las compañías concluyen que los viajes ya no se definen solo por precio o popularidad, sino por su capacidad de generar conexión, propósito y valor cultural.
Uno de los ejes centrales es la transición hacia un viajero intencional, lo que obliga a los destinos a repensar su propuesta de valor. La personalización deja de ser un complemento y se convierte en el núcleo de la planificación turística. Los visitantes buscan viajes alineados con sus motivaciones —bienestar, cultura, sostenibilidad, reconexión o descanso— y esperan que los destinos puedan responder a esas expectativas de forma dinámica, apoyándose en sistemas inteligentes que acompañen todo el ciclo del viaje.
El turismo narrativo emerge como otra de las grandes fuerzas transformadoras. Los destinos ya no solo compiten por atractivos, sino por historias. Experiencias vinculadas al cine, la cultura popular o los relatos locales ganan peso, convirtiendo al viaje en una inmersión emocional. La tecnología y la inteligencia artificial potencian esta tendencia al facilitar la creación de itinerarios temáticos y experiencias conectadas entre sí.
El turismo de eventos se consolida también como una herramienta estratégica para la gestión de destinos. Grandes eventos deportivos, culturales y profesionales generan visibilidad internacional, flujos concentrados y un impacto económico significativo. La analítica predictiva y la planificación basada en datos permiten maximizar estos beneficios y distribuirlos de forma más equilibrada en el territorio y en el tiempo.
En paralelo, el turismo de bienestar continúa ganando relevancia como motor de desarrollo. La búsqueda de equilibrio físico, mental y emocional impulsa experiencias vinculadas a la naturaleza, el movimiento y la desconexión. En Europa, las actividades relacionadas con entornos naturales ya representan una parte significativa de la oferta turística, reflejando una demanda en crecimiento que los destinos deben integrar de forma estructural.
Otra tendencia destacada es el turismo de raíces y reconexión, donde viajar se convierte en una forma de recuperar vínculos con la identidad, la historia familiar y la memoria colectiva. Este segmento, lejos de ser marginal, muestra un alto valor estratégico para los destinos, con un fuerte componente relacional y multigeneracional, especialmente relevante en países con una amplia diáspora.
La gestión de destinos basada en la experiencia aparece como un eje transversal a todas estas tendencias. Italia, España y Francia lideran la diversificación de su oferta cultural, gastronómica y natural, apostando por experiencias visibles en plataformas digitales que atraen viajeros de larga distancia y ayudan a descongestionar los destinos más saturados. Un portafolio de experiencias bien curado se convierte así en una herramienta clave de diferenciación y equilibrio territorial.
Finalmente, el informe destaca la evolución hacia destinos inteligentes y sostenibles impulsados por la tecnología. Los sistemas de inteligencia turística permiten anticipar la demanda, gestionar flujos de visitantes, optimizar itinerarios y ajustar capacidades en tiempo real. La incorporación de IA agéntica —sistemas orientados a objetivos capaces de recomendar acciones y ejecutar tareas rutinarias bajo supervisión humana— acelera este cambio y amplía la capacidad operativa de las organizaciones de gestión de destinos.
De cara a 2026, el turismo se perfila como una actividad cada vez más compleja y estratégica. Los destinos que logren interpretar los datos, integrar la tecnología y diseñar experiencias relevantes estarán mejor preparados para equilibrar crecimiento, sostenibilidad e impacto social. Más que atraer volumen, el desafío será construir valor a largo plazo en un entorno donde la experiencia se convierte en el principal activo competitivo.
Fuente: The Data Appeal Company; Mabrian – Informe Megatrends 2026