São Paulo ciudad joven, el lado pícaro de una metrópoli dinámica y cosmopolita

Es mundialmente conocido que en São Paulo todo es superlativo: su población, su parque industrial, su arquitectura, sus opciones de diversión

Gracias a este dinamismo que la caracteriza, São Paulo se convierte en un lugar privilegiado para aquellos jóvenes que quieren disfrutar del ajetreo de la vida local.

Durante el día, además de una amplia oferta de lugares y atracciones turísticas, São Paulo es la ciudad brasileña que posee el mayor número de museos, que además son considerados los mejores del país según una encuesta realizada por el portal Trip Advisor. Aquí se puede encontrar un atractivo calendario cultural con exposiciones de renombre y precios populares. En este top 10 de Brasil se incluyen galerías de temáticas variadas como el Museo de la Lengua Portuguesa, la Pinoteca, el Museo de Fútbol y el Museo de Arte de São Paulo (MASP), entre otros.

Este impresionante acervo cultural queda patente también en las calles la ciudad, meca del arte urbano en Latinoamérica que ya cuenta con un rico patrimonio artístico. Entre edificios y bloques de hormigón, quienes visitan São Paulo se sorprenden continuamente al encontrar paredes pintadas por reconocidos artistas como Eduardo Kobra y Osgemeos. Estas intervenciones atraen a visitantes de todo el mundo, por lo que ya se han creado itinerarios de arte por distintas zonas de la ciudad. Por ejemplo, en la Av. 23 de Maio, una de las más transitadas, se exhibe un muro de grafiti -el más grande del continente- que reúne a más de 200 artistas en 15 mil m2 (70 murales de la avenida).

Para quien prefiera el aire libre, este rico patrimonio artístico se completa con circuitos en bicicleta, un medio de transporte ideal para explorar la ciudad. Viajar en dos ruedas permite tener mayor contacto con los lugares visitados, un punto de vista único y una mejor interacción con los habitantes. Para ello, São Paulo cuenta con cerca de 290 km de ciclovías que rodean los principales atractivos turísticos de la ciudad, como parques, museos, centros culturales y edificios históricos. El objetivo es seguir ampliando esta modalidad hasta alcanzar 400km de infraestructura.

En esta jungla de cemento, que durante el día vive a un ritmo frenético, no hay mejor momento que ver caer el sol y acordarse de que lo más divertido aún está por empezar. Por la noche São Paulo se convierte en un parque de diversiones para los jóvenes, quienes pueden disfrutar de toda su gastronomía y movimiento cultural. Se estima que en esta ciudad hay 20 mil bares, 15 mil restaurantes, 164 teatros y 184 clubs nocturnos. Todo ello sin contar las salas de conciertos, cines y galerías de arte. Aquí, cuanto más original sea la propuesta más probabilidad de éxito tendrá.

El soho de São Paulo se encuentra en la Vila Madalena, un barrio que durante el día brinda rincones tranquilos con tiendas, talleres, restaurantes y encantadoras cafeterías que invitan a detenerse en el camino. La zona más popular es el cuadrilátero que comprende las calles Mourato Coelho, Inácio Pereira da Rocha, Harmonia y Purpurina. El barrio posee un ambiente relajado y las tiendas acompañan esta tendencia con objetos de moda y decoración de diseño propio. Además, este lugar también tiene su lado cult. Sólo en la Rua Fradique Coutinho se puede visitar la galería Fortes Vilaça, el Cine Sabesp y la Livraria da Vila.

Por la noche, el escenario cambia y la Vila se convierte en el reducto de bohemios que abarrotan los bares de la Rua Aspicuelta y sus alrededores. Inicia entonces el tiempo de chopps y flirteos en un ambiente de estudiantes, intelectuales y ‘hippies’ que rondan las calles Girassol, Aspicuelta y Purpurina. Para quien prefiera salir a bailar, en la Vila hay opciones de samba, tecno o rock.

Otra zona muy popular es la Avenida Paulista, en los alrededores de la calle Augusta. Es la arteria urbana principal, la zona alta de la ciudad donde los rascacielos son protagonistas. Aquí se ubican numerosos parques, museos y restaurantes de alta gastronomía que por la noche se entremezclan con todas las tribus juveniles que se juntan en sus alrededores: rockers, ‘hippies’, gays, lesbianas, clubbers… En la zona hay night-clubs para todos.

Sin embargo, es en el sur de la ciudad donde más disposición para la diversión nocturna. La mayor parte de las salas de espectáculos se encuentran en el triángulo formado por Marginal Pinheiros, Moema y Vila Olímpia, y en sus alrededores hay muchos bares que van desde el ‘happy hour’ hasta la madrugada. Para quienes buscan la famosa “balada” de Brasil, en Vila Olímpia hay una gran cantidad de discotecas de electrónica y samba donde la noche no termina hasta que la última persona abandona el local.

Una buena manera de conocer la noche paulista rodeado de gente joven es sumarse a los Pub Crawl, un concepto de fiesta pensando para los turistas extranjeros que por un módico precio visitan en grupo los lugares más típicos en una misma noche. El recorrido, generalmente a pie, se inicia en algún local de renombre, donde los participantes tienen acceso a las bebidas y picoteos clásicos. Después de este ritual previo, la noche se cierra en un concierto en vivo de famosos artistas brasileños o en un club donde bailar al ritmo de samba, forró o música alternativa.

Según una empresa del rubro, el número de adeptos de los Pub Crowl varía entre 40 y 150 personas por noche, y desde 2011 ya ofreció más de 600 paseos a turistas de 72 nacionalidades diferentes. En este sentido, un estudio del Ministerio de Turismo reveló que la diversidad de la vida nocturna fue uno de los ítems más valorados por los extranjeros que visitaron la ciudad durante el Mundial de Fútbol, con una aprobación el 93,4% de los entrevistados.

En una ciudad donde todo se hace a lo grande, la oferta para los jóvenes no podía ser menor. La importante convocatoria que concentran estos lugares es un ejemplo de la armonía y boa onda que caracteriza a São Paulo y su gente.


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