Colonia del Sacramento, ubicada a 177 kilómetros de la capital uruguaya, es reconocida mundialmente por su encanto histórico y arquitectura colonial. Su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995. Allí se fusionan estilos urbanísticos y arquitectónicos de portugueses y españoles, testimonio de los constantes enfrentamientos entre estos poderosos imperios durante la época colonial desde su fundación en 1680. La ciudad ofrece una amplia oferta hotelera de calidad, que va desde hoteles internacionales hasta las típicas posadas alojadas en antiguas casas coloniales. También cuenta con una variedad de restaurantes alegres y pintorescos. Museos, teatro, arte y artesanías completan las opciones para los visitantes.
Una de las mejores formas de conocer la ciudad es a través de un tour con un auto eléctrico. Esto permite a los visitantes explorar los puntos de interés principales y disfrutar de los hermosos paisajes costeros. Durante el recorrido, los turistas pueden ingresar por el Portón de Campo, recorrer la Calle de los Suspiros, explorar los bastiones que rodean la ciudadela, visitar la Plaza Mayor, la Basílica y disfrutar de una vista panorámica del Barrio desde el Faro.
Source: Travel2Latam
Uno de los puntos más turísticos de la región es la Plaza Real de San Carlos, también conocida como Plaza de Toros. Fue declarada Monumento Histórico Nacional e inaugurada en 1910. Se realizaron corridas de toros durante dos años, hasta que fueron prohibidos en Uruguay. Estuvo mucho tiempo cerrada por peligro de derrumbe. Fue reinaugurada el 9 de diciembre de 2021, 111 años después de su primera apertura. En el presente funciona como un centro de convenciones, espectáculos culturales y deportivos, y cuenta con un restaurante, un museo y una sala de convenciones. Recibe visitas guiadas diarias diurnas y nocturnas y es uno de los principales centros de espectáculos de Colonia, que tiene una capacidad de 2.500 espectadores en las gradas y más de 2.000 en el ruedo.
Source: Travel2Latam
Entre los atractivos de la región destaca La Vigna, un refugio en el campo que ofrece tranquilidad, delicias caseras y paisajes bucólicos. Este lugar invita a relajarse y disfrutar de una equilibrada mixtura entre la arquitectura agraria de los inmigrantes europeos y el refinado interiorismo exótico de vanguardia. Con 35 hectáreas libres de agrotóxicos, La Vigna cultiva alimentos buenos, limpios y justos. Además de eventos, cuenta con una posada de campo para quienes deseen pasar la noche. En sus instalaciones, se producen enormes ruedas de queso añejo, pasta hilada, fermentaciones lácticas proteolíticas, y más de veinte tipos de quesitos de autor.
Source: Travel2Latam