El Port Olímpic de Barcelona fue construido en 1990 como sede de las competiciones de vela de los Juegos Olímpicos de 1992. Los arquitectos Oriol Bohigas, Josep Martorell, David Mackay y Albert Puigdomènech crearon una instalación a la altura de la ambición de la ciudad.
Este espacio se diseñó para integrarse en el nuevo perfil marítimo de Barcelona. Está rodeado de dos de las playas urbanas más importantes de la ciudad, Somorrostro y Nova Icària, y limita con la Vila Olímpica, convertida hoy en un barrio residencial dinámico. También está al lado de algunos de los símbolos arquitectónicos de la Barcelona de los noventa: la Torre Mapfre, el Hotel Arts y el perfil sinuoso de la escultura de Frank Gehry.
Desde abril de 2020, Barcelona de Serveis Municipals (B:SM) se enfrenta, por encargo del Ayuntamiento de Barcelona, a un reto repleto de ilusión: transformar el Port Olímpic para convertirlo en un espacio comprometido con la ciudadanía. Un área renovada donde la economía azul, la náutica, la gastronomía y el mar se convertirán en el epicentro de la actividad económica y social.
La generación de espacio público de calidad, con amplias zonas de paseo y de estancia cerca del Mediterráneo, la reconexión del Port Olímpic con el entorno y la dinamización económica vinculada al mar son los principales elementos que configuran este nuevo camino.
El Port Olímpic dispone de una gran variedad de espacios exteriores e interiores para acoger actos y eventos de todo tipo: desde actividades dirigidas a la ciudadanía y al sector náutico hasta celebraciones de tipo corporativo y/o vinculados a la economía azul, la náutica y la sostenibilidad.
Entre los espacios interiores el Port Olímpic cuenta con una sala de actos adaptable, con capacidad para 150 personas y una sala polivalente con vistas inmejorables al mar.
Fuente: Port Olímpic Barcelona.